El “Potrito” cabalgó en la polvorienta Salcedo
Ante el combativo y atrevido Universidad Técnica de Cotopaxi, Aucas, tras soportar aquellos fatídicos cinco minutos de inicio, lo realmente trascendente fue volver poco a poco a las antiguas emociones, al “hambre de triunfos”, al sacrificio, a la vocación, al esfuerzo irrestricto, con un DT que no arrugó, que utilizó el método de análisis para que el equipo prevalezca, ajeno a la fe ganadora que tiene hoy. Y la victoria 2-1 fue meritoria. Lo hizo con personalidad, bravura y convicción.
Por eso es que la victoria agónica, luchada, trabajada estratégicamente, ratifica la postura de luchar para ganar. La inspiración del “Potrito” Figueróa (48m) al sacar un zurdazo espectacular desde unos 28 metros y lograr la segunda conquista, dejó un sabor de rebeldía en el relincho del “Potro”, que a veces no tiene fortuna en su indeclinable lucha en la búsqueda del triunfo.
Pero antes, cuando Aucas era un costal de nervios, no solo en la última zona, sino también del medio campo hacia adelante, vino el conmovedor acierto de Santiago Mallitasig (27m) que acarició el balón de zurda y la introdujo en la valla rival, con una calidad sobresaliente, devolviendo la fe que se perdió tras los cruciales minutos del inicio.
Vinicio Espinel (30m), pitó un penal en favor del local, tras un forcejeo entre Darwin Suárez y Héctor Penayo. Tapó Paúl Alarcón tras fuerte impacto de Penayo y de ahí en adelante, Aucas fue el equipo furioso, que arremetió con todo, hizo dos goles y ganó los tres puntos.
Pero hay algo más, Espinel sacó tarjetas amarillas a medio equipo, empezando por Lucas Escobedo (55m), Franklin Corozo (58m), Cristhian Balseca (61m), Santiago Mallitasig (65m) Domingo Martínez (75m) y Cristhian Hermosilla (86m).
El golpe de cabeza (3m) de Víctor González, el corajudo capitán de la UTC, dejó casi sin aliento al Aucas, que después de una porfiada lucha, retomó el control del medio campo, apareciendo aunque con intermitencias el paraguayo Domingo Martínez, que llegó con anticipo y solvencia para meter ganas y suficiencia a un equipo que necesitaba de un líder en los momentos cruciales de la igualdad. Y así, transpirando al máximo los Ídolos” retornaron a Quito con la misión cumplida.
Cuándo un equipo marca, juega, sabe ir al ataque, tiene su cuota de grandeza, de entrega, con jugadores en permanente evolución, que exponen siempre una sorpresa desconcertante, que hablan, se ubican bien, implicando todo ello un estilo, una convicción, una manera de sentir el fútbol, en definitiva una marca registrada, ¿Quien puede dudar de la evolución técnica y táctica que en la competencia viene consolidando el equipo más querido de Quito?.
Cuando un equipo que está metido en el corazón de su hinchada, busca un equilibrio emocional a través toque rápido y desconcertante, crece la idolatría y crece el amor por la divisa, aquella que se vuelve parte de una sociedad que aplaude y rechaza, que sonríe y llora.
Por eso es que la victoria agónica, luchada, trabajada estratégicamente, ratifica la postura de luchar para ganar. La inspiración del Potro Figueróa autor de un golazo: la mágica presencia de Santiago Mallitasig, quien abrió la ruta del triunfo y el esfuerzo de Edwin Méndez, Jairo Padilla y John Minda, que en la parte final pudieron anotar un par de goles más, si asumían la responsabilidad de concretar, tras jugadas estupendas, dejaron sembradas en la peligrosa y mala cancha de Salcedo, un montón de esperanzas, la mayoría de ellas imperceptibles y conmovedoras.
Aquella pintura descriptiva volcada a la conmovedora sensación que genera el cemento hecho bandera y el grito hecho canto facilitó la conformidad de jugadores y cuerpo técnico que solo al final festejaron, con pastel y gaseosas.
Por estas consideraciones, reiteramos una vez más que la fuerza inexpugnable es la hinchada, es el corazón de todos, cuando lo demás no alcanza.
El fútbol no es de nadie en particular. Es un monstruo grande y pisa fuerte, que a veces provoca histeria y desazón, con banderas enrolladas y cabezas gachas. Y volverá el próximo examen, aunque no encuentre el espejo adentro, y seguirá siendo el protagonista de la misma historia, hoy, mañana y tal vez siempre.
Y el próximo domingo 11 a las 11h30 Aucas jugará otra final. Rivalizará con el crecido Imbabura que, seguro estamos, querrá vencer en el fortín del sur. Si quiere ser llegar a la serie Ä”, Aucas deberá mostrar una vez más, temple y talento, solidaridad y tradición. Total, eso es lo que quiere el pueblo que lo ama y lo venera, que lo lleva en lo más profundo de su corazón.
FORMACIONES
UTC. 1. Levil Martínez; Pedro Álvarez, Marco Chávez, Víctor González y Andrés Justicia; Fernando Medina, Jackson España, Miguel Ayoví, Diego Rodríguez, Héctor Penayo, Alex Braulio.
DT: Patricio Revelo (ecuatoriano)
Gol: Víctor González (3m)
S. D. Aucas. Paul Alarcón; Franklin Corozo, Santiago Mallitasig, Lucas Escobedo; Edwin Méndez, Domingo Martínez, John Minda, Cristhian Balseca; Gustavo Figueróa y Jairo Padilla
Goles: Santiago Mallitasig ( 27m) y Gustavo Figueróa (48m)
DT: Julio Daniel Asad (argentino)
Juez: Vinicio Espinel; Asistente 1, Félix Vera; Asistente 2, Ricardo Valdiviezo.
Gonzalo Melo Ruiz