Aucas, resigna ilusiones y puntos
SD Aucas 1– River Plate. 1 Cuando nadie lo esperaba (20m), vino el mazazo del “artista” Valdemar Acosta (se tiró 15 veces al piso y se demoró un minuto en cada actuación) para decretar el inesperado 1-1 que dejó fríos a los 1.000 aficionados que refunfuñaron durante todo el encuentro, reprobando el mal momento de algunos y la poca entrega de otros.
El empate 1-1, fue el momento crítico del partido, porque en su orden Willy Sánchez y el paraguayo Hermosilla, se comieron los goles, en La misma boca del arco. Y los fantasmas de antes, acompañaron al ídolo hasta el final. Los volantes no tenían espacios por la milimétrica marca del rival que operando a través del preciso escalonamiento fue ganando aplomo y provocó más de un contragolpe, que desnudó las serias falencias defensivas del local.
Todo fue confusión, las imperfecciones se ejecutaban en forma reiterada, el talento de Willy desapareció: Domingo Martínez, provocó el caos y aumento el nervio, por sus malas habilitaciones y disparos de media distancia que salieron fuera del estadio.
Y solamente después de los 93 minutos, imponiendo un desconocido estilo de errores y defectos, sin carácter de sorpresa ni protagonismo, proponiendo con pausas y desconciertos, un sistema de azar, sin visión ni inteligencia, terminaron las ilusiones de victoria del equipo más querido de Quito, que nunca fue superior ante un atrevido River Plate, que bien pudo ganar en el sur, de haber tenido un poco más de audacia y calidad.
Aucas para empatar debió esforzarse al máximo. Es cierto, expuso vehemencia además de perseverar en el ataque que estuvo fatal e impreciso. Sino que lo digan Sánchez, Hermosilla, Padilla, Minda y Martínez.,
Y así, todos horrores y recuerdos de esta lucha han quedado atrás. El gol a través de un penal (15m) del paraguayo Hermosilla, pensábamos iba a abrir el camino de la goleada. Pero nos dimos con la piedra en los dientes porque después todo fue sufrimiento. Las ideas se quedaron en el camerino. El repudio de los hinchas a tan paupérrima actuación fue lo más doloroso del fin del partido.
El fútbol de Aucas, que ha sufrido un alarmante retroceso anímico, físico y mental debe recuperar la dignidad. Si se pierde el espíritu de lucha, se ha declinado en lo más grandes que tiene el jugador del ídolo: la garra de hoy, ayer y siempre: la dignidad para llegar hacia el triunfo final. Hay que caer con los zapatos puestos o hay que ganar con solidaridad y extenuación.
Y todos sabemos que no es el método que se utilice, sino la confianza que pueden tener los jugadores para defender el planteo, ese que lo trabajan con honestidad y laboriosidad en la semana.
Aucas ante River Plate, jugó el peor partido de los 30 realizados, porque nunca tuvo claridad y solvencia en la zona contraria y cuando pudo definir, sus delanteros se pegaron con el pie en la oreja.
La lucha inclaudicable, sin dejar pensar al rival, arrinconándolo y sometiéndolo, deben ser las características de Aucas, que deberán prevalecer hasta la última fecha, si es que se recobra la fe, espíritu de lucha y confianza táctico-técnica.
Gonzalo Melo Ruíz