El vicepresidente de la FIFA, el camerunés Issa Hayatou, dijo que China no podrá organizar un Mundial de fútbol al menos hasta el año 2026, informó la agencia de noticias Xinhua.

Hayatou, que durante dos días estuvo reunido con responsables del Comité Organizador de Pekín 2008 para detallar los preparativos de la competición olímpica de fútbol, justificó sus palabras con la política de rotación que ha adoptado el máximo organismo del fútbol mundial.

La organización por parte de Corea y Japón de la edición de 2002 impide que la Copa del Mundo regrese a territorio asiático al menos hasta dentro de 20 años.

Hayatou salió así al paso del reguero de rumores que nació la semana pasada en el país asiático, a raíz de la visita del trofeo del Mundial a Pekín, según los cuales China se postularía para organizar el Mundial en 2018, edición por la que hasta el momento sólo Australia ha mostrado interés.

Y no parece extraño, toda vez que la FIFA no ha pensado en las ciudades organizadoras, ni siquiera en los continentes, más allá del año 2014 (en el que parece que será un país suramericano el organizador), según Nicolas Maingot, del departamento de prensa de la organización.

Diplomático, Hayatou sí dejó abierta la puerta para que China se postule para albergar el Mundial dentro de 20 años porque el país, dijo, tiene buenos servicios y disfruta de un gran crecimiento por lo que el país está capacitado para ello.

China vive actualmente en una vorágine organizativa de eventos internacionales: además de los JJOO, es, por ejemplo, sede de la última carrera del Mundial de F1 o de la Copa Masters de tenis.

El mes que viene Shanghai alberga el Mundial de natación en piscina corta y las autoridades deportivas ya ultiman la preparación del Mundial de fútbol femenino de 2007.