La justicia tarda pero llega

Enviado por robert el Jue, 28/05/2015 - 12:44

Solo imaginarlo provoca escalofríos. Un dirigente entregándole el título a un deportista. Un atleta que sudó y compitió para ganarlo legalmente, recibe la presea más anhelada de un señor con corbata que debajo de la mesa hace negocios ilícitos y no tiene vergüenza en vender su conciencia. El negocio le ha ganado a lo que de verdad nos debería importar: el juego.

La FIFA, como nunca antes, ha sido desenmascarada públicamente hasta el punto que llegaron a revelarse historias que parecen salidas desde las más altas cadenas del cine estadounidense. El caso implica supuestos sobornos que superarían los 150 millones de dólares; relacionados con contratos comerciales desde la década de 1990 para torneos de fútbol en Estados Unidos y América Latina. Los señalados provienen de 11 naciones y han sido acusados de lavado de dinero que incluían decenas de millones de dolares en entidades del extranjero, en países como Hong Kong e Islas Caimán.

La FIFA recauda miles de millones de dólares en ingresos, principalmente a través de patrocinios y derechos de transmisión de los Mundiales por televisión. En particular, la entidad fue fuertemente criticada por otorgar el Mundial de 2022 a Qatar, un pequeño país desértico sin tradición futbolística. El hecho de que la propia FIFA se haya visto forzada a admitir que Qatar era demasiado caluroso para jugar fútbol en verano, fecha donde se realiza tradicionalmente la Copa, hacen entender cuáles son los reales intereses de la entidad.

La mayoría de los funcionarios arrestados se encontraban en Suiza para el Congreso de la FIFA. Otros candidatos se han retirado de la contienda en días previos. Figo, por ejemplo, renunció porque aseguró sentirse "avergonzado de presidentes de Federaciones que un día comparaban a los líderes de la FIFA con el diablo y luego subían al palco y comparaban a esas mismas personas con Jesucristo".

Entre los arrestados no figura el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, pero sí varios justo debajo de él en la jerarquía del órgano deportivo más rico y poderoso del mundo. La justicia tardó, pero llegó. Que la pelota no se vuelva a ensuciar.

 

Por: Vito Muñoz Ugarte