Fútbol: antes y después

Enviado por robert el Sáb, 13/08/2016 - 12:41

Debido a mi edad cronológica, ya que, esa es la única edad que no puede mentir, si puedo y estoy seguro de hacerlo, analizar a través de los años, el fútbol profesional en el país y, la incidencia de la tecnología, y la forma en que ésta interviene en la misma. Creo yo, para beneficio de los aficionados que, aparte del amor al deporte, no tienen ninguna otra intención. Nací en 1943 y, desde los seis años de edad, ya estuve en una cancha de fútbol, porque siempre me ha gustado esa actividad deportiva, aunque personalmente, me dediqué mucho más a los saltos ecuestres, la natación, el baloncesto y, finalmente, a la locura del paracaidismo deportivo.

El fútbol se jugaba con un balón de cuero que, cada vez que se mojaba, terminaba uno pateando o cabeceando una “verdadera piedra”. Los zapatos eran bastante pesados, tenían pupos que hacían daño y, había que ser bastante fuerte, para poder patear bien el balón. Mientras que, el cabecear era un peligro, ya que, la mayoría de las veces, uno se lastimaba la frente, Tanto así, que los viejos jugadores, usaban una red en la cabeza, para en algo tratar de amortiguar ese golpe. Sin embargo, pese a todo esto, todos jugábamos (me incluyo pues también jugué en el colegio y en la universidad), pese a que el alma amateur era lo que en realidad predominaba. Unos jugadores eran hábiles, la mayoría eran fuertes y, aquello que siempre se escuchaba era, “que pase la pelota, pero los dos nunca”. Dichos de nuestros antepasados, que nunca debemos olvidar.

Muy poco se conocía del fútbol del exterior, ya que, el primer campeonato del mundo que fue trasmitido a través de la radio al país, fue el mundial de Chile en 1962, por parte del personal deportivo de la radio Gran Colombia, que dirigía ese enamorado de la radiodifusión, como fue el entrañable amigo “Mocho” Cevallos, fallecido hace muchos años. Antes de eso, nos enterábamos de los resultados a través de algunos de los pocos periódicos que existían. De la televisión, todavía no se hablaba. Peor aún, del actual internet, etc. Esa es la gran diferencia, con lo que en realidad ocurre el día de hoy pues, gracias al adelanto de la tecnología, se puede mirar eventos deportivos en cualquier parte del mundo, con segundos de diferencia.

Pero, en esa época anterior, lo que si lográbamos mirar en directo, aunque en forma eventual, era la presencia de grandes equipos de fútbol, que estaban integrados por célebres jugadores, que hicieron historia en este maravilloso deporte de multitudes. Esa ha sido mi gran suerte: yo lo vi jugar a Alfredo D’Stéfano, que era una de la estrellas del Millonarios de Colombia, en su época de oro; pude ver jugar a toda la pléyade de grandes jugadores brasileños de la época del “jogo bonito”, del campeonato mundial ganado en Suecia, entre los que destacaba el famoso Edson Arantes Do Nacimento “Pelé”, estrella ya a nivel mundial, pese a sus 17 años de edad. Igualmente, pude ver al famoso Real Madrid con todas sus estrellas; a Boca Junior de Argentina y Boca Junior de Colombia, lo mismo que a River Plate. Y, eventualmente, aparecían algunas selecciones europeas, que siempre cruzaban el “Charco” y causaban sensación con sus presentaciones, en las mentes de los miles de aficionados que, desde el año 1953, ya disponían del estadio Olímpico Atahualpa, en el barrio de El Batán. 

En cambio a fines del siglo XX y en los primeros años del siglo XXI, los aficionados al fútbol tienen todo al alcance de sus manos, sin hacer ningún esfuerzo pues, incluso, han dejado de ir a ver los partidos donde juegan los equipos de sus amores, ya que, previo el pago de una módica cuota mensual, pueden observar los partidos del campeonato y los que se realizan en todo el mundo, a través de la televisión. Y, por ello, los equipos son los que han sufrido directamente, ya que por la falta de aficionados en las aposentadurías de los escenarios deportivos, tienen muchas dificultades económicas y, cada día, es más difícil mantenerlos dentro de alguna categoría profesional pues, no hay de donde sacar dinero.

Por lo tanto, creo que muchos son los resultados buenos para los aficionados, que tienen toda la comodidad y, parecería que su “caballo de Troya”  es la televisión que, lamentablemente, no pagan lo que deben a los clubes por estas trasmisiones en directo y, por esa razón, afectan directamente a la obtención de los dineros que permitan cubrir los presupuestos anuales de todos los equipos profesionales, o sea que, están siendo utilizados para que nada salga bien, a costa de la vida económica de cada uno de los clubes ecuatorianos. Por ello, creo que en forma muy breve, he tocado un tema que debe ser tomado en cuenta por los dirigentes del balompié rentado nacional, para poder exigir a los equipos a través de sus jugadores, por un mejor espectáculo. ¿Fue el fútbol antiguo mejor?, creo que es hora de que cada uno de los aficionados responda a esta pregunta. Finalmente, recuerden que todo lo que acaban de leer, mis estimados lectores, solo es mi opinión personal.

Por: Jorge García Romo