Es hora de recordar los viejos tiempos

Enviado por robert el Sáb, 21/05/2016 - 16:28

Después del superclásico con nueva victoria de LDU, la 56, en las 104 ediciones hasta el momento jugadas, es importante puntualizar el actual momento. Aunque es evidente que Aucas termina  estas 16 primeras fechas más con pena que con gloria.

Hace falta volver a los viejos tiempos. Donde el camerino era el paraíso para recobrar fuerzas y volver a la batalla final. Que la mentalidad cambie en los jugadores, que no pierdan los partidos antes de jugarlos, que se piense primero en las fortalezas internas y nunca abran el paraguas antes de que empiece a llover.

Si cambia esto, si hay extenuación, inteligencia, sacrificio solidaridad o marca durante los 90 minutos veremos a otro Aucas, de lo contrario, miraremos con tristeza como se escapan los puntos, con impavidez, queminportismo y resignación. El volver al infierno de la “B” no es un sueño, puede convertirse en una cruel realidad.

Es el director técnico el que tiene que sacudir las raíces íntimas de su equipo. Debe llamar a la reflexión a todos. Debe haber desgaste físico al máximo, debe haber compañerismo en la cancha, debe haber cansancio y marca, debe haber un líder que se ponga el equipo al hombro cuando la mano le venga cambiada, debe haber inteligencia y rigor, luchar por un objetivo, antes de entrar al campo deben acordarse que tras de ellos hay una familia que necesita comer, estudiar, vestirse y por sobre todo ello, ser el mejor respaldo para el triunfo final.

Entonces, la hinchada que ha apoyado mínimamente, debiendo llenar el estadio del sur, apoyando así la campaña dubitativa que tiene hasta el momento, debe reflexionar sobre el aspecto económico. Las taquillas en el estadio “Gonzalo Pozo Ripalda” contribuyen en un gran porcentaje al presupuesto anual de la institución. Si no hay respuesta a ello, el fracaso está a la vuelta de la esquina.

El momento actual exige comprensión de las dos partes.  El diálogo calmará los fuertes vientos que hoy tratan de llevarse el trabajo de cuatro años y días, en los que hubo entrega, sacrificio y lealtad. Aucas por su campaña, debe esforzarse al máximo para terminar la primera etapa con dignidad y honestidad.

La actitud del jugador debe ser el punto de partida para mejores días, pero volviendo a creer en sus raíces, en su forma de encarar una vida profesional, en transformar penurias en oportunidades de vida. El cuidado personal debe ser total. El respetar a una familia, el consolidar un proyecto anual, el terminar un año con bandera arriba, es un proyecto que se puede hacer realidad.

Lamentablemente el dinero impago pesa en el profesional del fútbol. Y cuando esto falla, el equipo empieza a desmoronarse. Entonces, no es solo cuestión de la contextura competitiva, de jugadores, es cuestión de tranquilidad económica, de diálogo fluido, de honestidad para desterrar las ligas internas y extirpar la envidia.

La reestructuración debe ser un paso obligado. Hay jugadores nacionales y extranjeros que no dieron la talla,  que deben salir por razones obvias, sin el afán de frenar el deseo de  triunfo.

Finalmente, por la miseria humana que rodea al fútbol, ya surgieron los inquisidores que quieren  mandar a la horca a los buenos y honestos, con proclamas de fiscalización que siembran dudas, cuando todo se hizo con las manos abiertas y limpias.

La obra histórica está ahí. Los hinchas saben quién es quién. Saben a quién juzgar cuando por nefastos intereses le han puesto un crespón negro a una obra llena de luz y honestidad.

Por: Gonzalo Melo Ruíz