Aucas, reflexión y reconciliación

Enviado por robert el Mié, 19/07/2017 - 16:05

Ya pasó la era del terror del fantoche colombiano de apellido Osma. Los fantasmas de destrucción que persiguieron en forma implacable a  los elegidos en los primeros partidos, dejaron una huella profunda en el corazón de los hinchas que vieron impávidos la debilidad mental de muchos y el espíritu de competencia de otros.

 

Y cuando los francotiradores le daban por muerto al equipo querido, aparece Osvaldo Darío Tempesta, un pedagogo del fútbol, maestro en la enseñanza de la vida y sin magia ni verso cambia la mentalidad de todos y transforma la mediocridad en sapiencia, lo anodino en prestancia y lo imposible en sueños del guambra que mira las estrellas y sabe que desde ahí se puede forjar el milagro del retorno.

 

Pero Tempesta no está solo en esta cruzada. Tiene en Danny Walker a un puntal que tras bastidores están apuntalando la fiesta de fin de año. Ha fortificado la defensa, medio campo y delantera, con la contratación de muy buenos jugadores. Mientras los rivales están en bancarrota, Aucas invierte. Ahí está la diferencia de todo. Ahí está la respuesta a la ignominia, de los gandules y pelafustanes, que tras desplumarle al Aucas, mandándole a la segunda categoría hoy aparecen con el rótulo de sinvergüenzas, luchando contra la amnesia social-deportiva, aquella que permite que sátrapas aparezcan con la idea de crear el caos y de ser posible ponerlo como para parapeto  a sus intenciones protervas y mezquinas de captar el poder para otras instancias de la vida política.

 

Osvaldo Darío Tempesta, profundo conocedor del fútbol en el mundo, busca, en forma inteligente, la reconciliación de un equipo que está herido de gravedad y que necesita urgentemente restañar las heridas, vendarlas y curarlas.

 

Y vienen 22 finales. Los jugadores están en la obligación de ganarlas, no de jugarlas, para salir de esa posición que a veces provoca comentarios negativos y poco alentadores.

 

Aucas debe volver a la competencia con fuerza, decisión y mente clara. Debe cambiar la monotonía anterior con un sistema diferente, donde el protagonismo sea la mejor carta de presentación de la nueva historia del equipo más querido de Quito.

 

Los jugadores saben que es la última oportunidad de honrar a una camiseta gloriosa, que sobrevive hasta ahora, pese al ejército de funebreros que aparecieron en épocas pasadas y que han irrumpido en esta administración con amenazas y discursos llenos de hedor y mentiras.

 

El trabajo físico y el gimnasio fortifican músculos y corazones. El nuevo plan de competencia está en pleno movimiento. Los que vienen son jugadores probados que tienen un buen pasar de trascendencia y competencia

 

¿Cuál fue el motivo para la reingeniería? La respuesta es simple. Buscar en primer lugar la vuelta a la serie”A”. La lista de refuerzos puede ser corta, pero tras el frío análisis se ha contratado lo indispensable.

 

Aucas debe tener más contextura, imagen, personalidad y actitud. Debe incorporar terapias de grupo como parte del trabajo semanal. La mente debe vencer barreras internas y transformarlas en fortalezas de triunfo. Debe ser el equipo ganador dentro y fuera. Debe ser el nuevo protagonista de la serie “B” en la segunda parte del campeonato.

 

La considerable inversión económica debe rendir sus frutos. Los errores de la primera etapa deben servir para mejorar el funcionamiento colectivo y mantenerlo hasta el final.

 

La última palabra la tienen como siempre los jugadores que están en la obligación de matarse en la cancha y triunfar. No hay otro camino. Deben terminar el año con dignidad y apoderados de la idolatría de una hinchada que cree en sus héroes que los impulsará hasta la batalla final enarbolando el banderín de grandeza, de los guerreros de ayer, hoy y siempre.

 

Por: Gonzalo Melo Ruíz