Aucas, el lejano sueño de victoria

Enviado por robert el Lun, 23/03/2015 - 13:18

Como extrañamos, de verdad, las épocas brillantes del equipo más querido de Quito, donde los jugadores salían del campo, heridos, lesionados, extenuados, pero con la satisfacción de haber entregado todo en la cancha. Y casi siempre victoriosos.

 

La derrota  2-0 en el “Capwell” ante el bicampeón, dejó entrever serios problemas de funcionamiento en la defensa, medio campo y delantera, por la complejidad técnica que mostró a lo largo de los 90 minutos, donde todos mostraron confusión, nervio y un ataque flácido, sin ideas, con una pobreza táctica que abruma.

 

Pero además, los dos tantos del Emelec, el uno de penal (38 min) Miller Bolaños, tras derribo infantil de Darwin Suárez a Ángel Mena y el segundo del mismo “Killer” Bolaños, seis minutos más tarde, fue la demostración más palpable de la modestia que tiene en la conformación de equipo. Nadie lidera, nadie piensa, todos eluden responsabilidades cuando la mano le viene cambiada, es decir, la zancadilla en contra es permanente porque además del dolor que causa a sus miles de seguidores, no hay esperanza para mejorar el nivel de juego, porque no tiene jugadores que saquen la cara por la divisa y le pongan el pecho a las balas. Todo es modestia y desesperación.

 

Ante Emelec y al final, el rendimiento del equipo más querido de Quito decayó y estuvo a punto de ser goleado, de no ser por la reconfortante actuación de Blázquez, que tuvo segundos de reivindicación.  El tema siempre es el mismo. Cae víctima de sus propios errores. No hay jugadores que inventen, que dobleguen al rival, que marquen la diferencia, por lo que es indispensable buscar alternativas, sin insultar al toque y a inspiración de antes.

 

No es hora de volar cabezas, ya hemos visto fútbol por muchos años y no creemos que sea el momento para hacer leña del árbol caído. Más bien es el momento para reconocer errores y enmendarlos. Es hora de rearmar un plan serio, donde la reflexión se convierta en la base del momento en base al proyecto de corazón abierto llamado reivindicación.

 

Es hora de sincerar temperamentos, es hora de analizar conductas estratégicas, es el momento oportuno para agradecer servicios a quienes no han llenado las expectativas de la hinchada, que en gran número, con gritos destemplados y muchos de ellos perversos, reclama justicia, reclama entrega, pide calidad y principalmente, cariño a la camiseta.

 

Lo realmente trascendente será volver  poco a poco a las antiguas emociones, al “hambre de triunfos”, al sacrificio, a la vocación, al esfuerzo irrestricto, con un DT que  no arrugue, que sea agresivo en los momentos claves, que utilice el método de análisis para que el equipo prevalezca, ajeno a la fe ganadora que debe tener en el 2015.

 

Cuándo un equipo marca, juega, sabe ir al ataque, tiene su cuota de grandeza, de entrega,  con jugadores en permanente evolución, que exponen siempre una sorpresa desconcertante, que hablan, se ubican bien, implicando todo ello un estilo, una convicción, una manera de sentir el fútbol, en definitiva una marca registrada. ¿Todos dudan de la evolución técnica y táctica que en la competencia puede presentar el equipo ídolo del pueblo por la débil conformación de mentes y jugadores?

 

Cuando un equipo que está metido en el corazón de su hinchada, busca un equilibrio emocional a través del toque rápido y desconcertante, crece la idolatría  y el amor por la divisa, aquella que se vuelve parte de una sociedad que aplaude y rechaza, que sonríe y llora.

 

Aquel postulado de gustar, ganar y golear fue solo un bálsamo para aplacar la ansiedad e insatisfacción de todos al iniciar el proyecto 2015.

 

En tiempos pasados y mejores, la fuerza y coraje del insigne Mamerto Romero, era la inspiración de todos, los nacionales se “mataban “en el campo y los extranjeros se ganaban el puesto sin discusión, porque eran el aporte verdadero de un equipo solvente y protagonista.

 

Entonces, aquella pintura descriptiva volcada a la conmovedora sensación que genera el cemento hecho bandera y el grito hecho canto, facilitó la conformidad de jugadores y cuerpo técnico  que solo siempre, hasta el momento ha conocido el sabor amargo de las derrotas.

 

Por estas consideraciones, reiteramos una vez más que la fuerza inexpugnable es la actitud que pueden tener los jugadores, exponiendo su fibra combativa cuando lo demás no alcanza.

 

El Aucas, hiere sentimientos cuando pierde, es un monstruo grande y pisa fuerte, que a veces provoca histeria y desazón, con banderas enrolladas y cabezas gachas. Y volverá el próximo examen, aunque no encuentre el espejo adentro, seguirá siendo el protagonista de la misma historia, hoy, mañana y tal vez siempre.

 

El fútbol del expetrolero, que se cura con puntos, ante el eficiente y buen equipo, Deportivo Cuenca debe tener ese mix de brillantez y eficiencia, debe armar movimientos para generar espacios y oportunidades, que deben ser concluidas, es decir Aucas debe mostrar su crecimiento individual alimentado con la entrega total de sus jugadores.

 

HISTORIA DE ENFRENTAMIENTOS (1957- 2006)

 

EQUIPOS        PJ    PG        PE        PP        GF     GC
EMELEC         108    58        23        27        179    114
AUCAS          108    27        23        58        114    179

 

FICHA TÉCNICA

 

EMELEC.- Esteban Dreer; John Narváez, José Luis Quiroz, Gabriel Achillier, Oscar Bagui; Osvaldo Lastra, Fernando Jiménez, Ángel Mena, Raúl Rodríguez; Marcos Mondaini  y Miller Bolaños.
Goles: Miller Bolaños (38 y 42 minutos)
DT: Omar De Felipe

 

AUCAS.- Sebastián Blázquez; Miguel Ibarra, Darwin Quilumba, Edison Carcelén, John Jairo Garcés; Santiago Mallitasig, Nelson Lara, Darwin Suárez, Luis Valencia, Juan Marcarie; Ángel Ledezma.
DT: Juan Ramón Silva
Arbitro: Carlos Vera (buena conducción); A1, Wilber Gracia y A2 Juan Aguiar.

 

Por: Gonzalo Melo Ruíz