Aucas, 2017, el año de los hombres

Enviado por robert el Jue, 19/01/2017 - 12:31

Los que piensan con el corazón creen que Aucas volverá a la serie de privilegio en el 2018. Los errores son analizados y las ilusiones siguen vigentes. Se piensa en la institución, en volver a la humildad, en el mensaje a los hinchas que quieren enarbolar las banderas del triunfo. La vuelta de “Papá” es un sueño que se puede hacer realidad si es que se unen jugadores, administradores e hinchas. Lo de hoy es un reto para hombres. ¡Y Aucas los tiene!

El trabajo inteligente de Danny Walker, cabeza principal de un proyecto que necesita de sabiduría, inteligencia y perseverancia; de David Aguilar, un profesional de grandes ideas y realizaciones; de Esteban Palacios un trabajador honesto y de gran movimiento deportivo y, finalmente, de Armando Osma, el constructor de miles de ilusiones, determinarán la vuelta de “Papá”. La fe mueve montañas y ustedes queridos trabajadores de Aucas serán los encargados de restaurar una idolatría muy venida a menos en los últimos años.

Los 47 años de experiencia en el fútbol me obligan a conceptuar las cosas en forma cruda y transparente. Debo reiterar que mientras la institucionalidad no sea el objetivo primordial en el organigrama de competencia, los objetivos se ven cada vez más lejanos y difíciles de conseguir.

Por las ocho caídas que tuvo Aucas (cinco a la serie “B” y 3 en la segunda) los francotiradores de siempre, saltaron en una sola pata. Fue el domingo 22 de octubre del 2006. A pesar de haber ganado 1-0 al D. Cuenca, Aucas descendió a la primera categoría “B”. Nadie esperaba este horrendo final. En el 2007 estuvo a un punto de retornar a la Serie A (terminó cuarto). Si el 2008 fue azaroso, el 2009 fue sumamente tormentoso. Un embaucador casi se lleva en camión al Aucas tras pedir la administración del club por 25 años.

Y los días aciagos lo persiguieron. Aucas se fue a Segunda Categoría el sábado 24 de octubre del 2009. El infierno era el sitio más cercano en este camino azaroso del querido equipo del sur de Quito. Las tinieblas cobijaban con sus temibles tentáculos a los ídolos y los gandules solo pululaban por las noches por miedo a la reacción del pueblo, que los buscaba para pedirles cuentas y castigarlos por el nefasto movimiento económico que tenía al equipo en la bancarrota total. Qué desembuchen lo robado. Esa era la misión.

La pesadilla. Cuando llegó el fatídico mes de octubre del 2006 y las lágrimas de miles de auquistas inundaban el “Fortín” del Sur, masticando desengaño, desilusión y castigo, apareció la desgracia institucional con toda su crueldad y fue el epílogo para completar la suma de todos los males.

Los de turno, no tuvieron contemplación con la apasionante historia de Aucas e incluso tiraron la última palada de tierra, sepultando una camiseta gloriosa, querida, célebre y memorable. Nunca antes, ni en los peores momentos que tuvo a raíz de su fundación, el 6 de febrero de 1945, Aucas nunca fue manejado de esa forma tan catastrófica.

Lleno de deudas y de acreedores, sin recuperación de auspicios que lo apoyen y patrocinen, el ídolo veía el abismo ante la desesperación de miles de quiteños, que hinchas o no, miraban con impotencia el desplome del “Papá”.

Después de haber transitado por caminos de herradura en la segunda categoría, después de tres años de sueños e ilusiones,  venciendo todas las dificultades de una extenuante competencia, donde las hinchadas hostiles quisieron bajar el ánimo victorioso de los jugadores, donde las canchas en mal estado conspiraron al espectáculo ofrecido en todos los escenarios de competencias de la provincia y país, donde los arbitrajes quisieron empañar un método de triunfo invencible, de preparación mental y física, después de todo esto, Aucas se ubicó en el sitial añorado, gracias a la conjunción de ideas, esfuerzos y propósitos de todos, incluyendo a la fiel hinchada que lo siguió con pasión y entrega.

El doloroso traspié del 2016 debe llamar a la reflexión. La institucionalidad, en bosquejar la filosofía del nuevo plan, en mentalizar a los actores a ser triunfadores y luchadores y finalmente, en compartir mediante charlas y acercamiento con los hinchas, la razón de ser de todo emprendimiento, los proyectos deben tener un futuro atractivo, sostenible y principalmente alcanzable.

Si un equipo consolida su institucionalidad debe cumplir con los acápites del proyecto:

• Visión, misión y estrategia

• Conformación de una real fuerza competitiva (estructurada y analizada por el DT).

• Equipos de trabajo honestos con incidencia interna y externa.

• Comunicación y marketing con conocimientos del medio y trato profesional a los medios.

• Análisis mental y entorno de jugadores (Visitadoras sociales que hurguen en el hogar de los contratados y sepan las virtudes y defectos de los profesionales del balón).

Tras 71 años de lucha y momentos de gloria, hoy vivimos la cruda realidad de un equipo que tiene una cancha espectacular, con la mejor iluminación de Sudamérica, pero que curiosamente no aprovechó la mano generosa del querido Alcalde de nosotros los quiteños, Mauricio Rodas al dotarle de luminarias y obras que enorgullecen al laborioso sur de Quito. Hay la necesidad imperiosa de armar un equipo competitivo, dotándole de una estructura sólida que le permita caminar sin sobresaltos, con una institucionalidad progresista, tradicional y atractiva para sus miles de seguidores.

Vamos a ser hombres. Lucharemos y venceremos. Ya pasó lo peor. Aucas debe ser como el Ave Fénix: Resurgir de entre las cenizas. Ojalá sea así en el 2017.

Por: Gonzalo Melo Ruíz