¿Qué peso tiene la Agremiación?

Enviado por robert el Lun, 30/11/2015 - 12:55

La crisis en el fútbol ecuatoriano existe, pese a los “ciegos” de los dirigentes de la FEF que, pese a todo, mantienen la idea de que –en la realidad- no existe. Antes de que se inicie la décimo novena fecha de la segunda etapa del actual campeonato ecuatoriano de fútbol profesional, los integrantes de la AME, “dictaminaron” que la misma no se realizará pues, ante los abusos de los dirigentes del máximo organismo del balompié rentado nacional, se declaraba la “huelga” y, ningún jugador podía prestarse para actuar en el torneo futbolístico del presente año. Son embargo, solo el primer equipo del Deportivo Quito, no acudió al compromiso que tenía frente a la Liga de Loja y tuvieron que viajar los suplentes que, si bien es cierto perdieron el partido, por lo menos cumplieron como varones en la cancha, habiendo incluso, estado con posibilidades de empatar y ganar el cotejo. Los titulares, ¿tuvieron temor a ser nombrados como los “enterradores del equipo” o, hubo algo más grave que les impidió cumplir con la responsabilidad que por contrato tenían, luego de conocer que, los dirigentes “ganaron la guerra” ante la agremiación de futbolistas profesionales?

¡Un minuto de silencio mirando hacia otro lado de donde estaba la pelota previo a cada partido, fue lo único que hicieron los jugadores para “apoyar” a sus compañeros y colegas, que no han logrado obtener que les paguen algunos directivos que, solo han demostrado, su propia incapacidad para manejar los destinos de varios de los clubes del fútbol profesional ecuatoriano! Por esta razón, me pregunto: ¿qué peso tiene el organismo que representa a los jugadores profesionales de fútbol en el país que, al final de cuentas, fueron superados en la decisión final? Por esa razón, el presidente de la Universidad Católica dijo, “que esa no era la forma de reclamar. Que si desean un cambio, que pidan el cambio de los dirigentes de la Federación Ecuatoriana de Fútbol”. En ese aspecto, él tenía toda la razón pues, los equipos -que en realidad son pocos- y que están al día en el pago de los emolumentos de sus jugadores, no tenían por qué ser afectados en sus ingresos, si actuaban en esta fecha, en calidad de dueños de casa.

Por lo tanto, considero que no existe liderazgo de los dirigentes de la AME o, simplemente, no realizaron bien su trabajo, para poder tener éxito en lo que deseaban. No existe ninguna otra razón, ya que, la forma en que los jugadores respondieron, actuando como lo hicieron en todo el país, no es una respuesta lógica a lo que los dirigentes de los jugadores deseaban. Cuando esto ocurría, me acordaba la intromisión torpe del gobierno nacional para eliminar la obligatoriedad de pertenecer en los colegios de todas las profesiones universitarias. Cuando en todo el mundo civilizado, ningún profesional puede trabajar en ninguno de esos países, si no tienen el registro, matrícula o licencia profesional de su respectivo colegio profesional. Pero, querer que eso entiendan los “revolucionarios ecuatorianos”, no es posible pues, como decían nuestros antepasados, “no se puede pedir peras al olmo”. Todo lo que les he indicado lo conozco pues, soy un ingeniero de profesión, fui presidente de la Sociedad de Ingenieros del Ecuador y, conozco esta situación, con el más mínimo detalle.

Sin embargo, estamos hablando de trabajadores del fútbol en el Ecuador y, no se trata de simple política como en el otro caso. Aquí los que están fallando, son los ministerios del trabajo y del deporte que, por ley para todo el país y para todos los trabajadores, tienen que hacer cumplir a los dirigentes de cada uno de los clubes con lo que disponen las leyes laborales y, si no lo hacen, deberían ser sancionados por autoridades que, se acuerden que esa función tienen que cumplirla, sin miedo a lo que digan sus propios jefes. Si esto no se cumple, no se trata de que solo el fútbol esté en crisis, sino que esa crisis, está en todo el país. Confiemos que eso, no esté ocurriendo. Finalmente, recuerden mis amigos lectores, que todo lo que han leído, solo es mi opinión personal.

Por: Jorge García Romo