La gran ventaja que tiene el fútbol en la mirada de todos los aficionados, es que cada día, aparece un tema diferente que, los periodistas deportivos tienen que participarlo al público aficionado pues, siempre estará sometido a un amplio debate por parte de los diferentes estamentos que forman parte de este maravilloso deporte. En estos días, ante las fraudulentas edades aparecidas en los jóvenes sub 17 (que es de conocimiento público), y que, conocemos que ya ha intervenido el Registro Civil para realizar una investigación que permita, tomar las decisiones correspondientes, para evitar que se vuelvan a producir en el futuro (ojalá les deje la FEF y no reclame acuerdos de privacidad), algunos dirigentes uruguayos y nacionales, y además, alguien que dice ser técnico, han mencionado que todo lo ocurrido con “su participación” (me refiero a los jóvenes menores que están en ese problema) es ilegal y, que los títulos o las posiciones obtenidas en la cancha, deben “pasar” a manos de los mediocres, que quieren ganar en la mesa, lo que como deportistas, no pudieron conseguirlo en el campo de juego”. ¡Qué vergüenza!

Por esa razón, apareció un nuevo reclamo por parte de varios directivos de los clubes del fútbol profesional de la primera división, sobre la obligatoriedad que existe, para que un jugador menor de 18 años, juegue por lo menos 45 minutos de cada partido del campeonato nacional. Esa disposición, que existe desde hace algunos años, aunque variando las edades de los jóvenes (18 o 20 años), no puede desaparecer por gusto de los directivos en el torneo nacional del presente año pues, fue resuelto en el Congreso Ordinario de Fútbol de enero y, como tal, tiene que ser en el mismo escenario, en el próximo Congreso Ordinario, cuando estos dirigentes tomen o no decisiones contrarias pero, por el momento, nada se puede hacer dentro de la legalidad, por lo que sería bueno, que dejaran de mencionarlo, para de esa manera, tratar situaciones mucho más importantes, como el caso de la restructuración de la FEF que es necesaria y urgente, para que el fútbol que se practique en el país, deje de ser tan mediocre.

Sin embargo, creo que es oportuno, tratar sobre si debe o no existir esa obligatoriedad. Veamos: los directivos de la FEF y de los clubes, creyeron que debía tomar esas decisiones, en los congresos ordinarios, pues, consideraron que era la única forma de que los jóvenes valores, pudieran adquirir experiencia, ya que, todos conocen que a la mayoría de los directores técnicos, solo les interesa formar sus equipos con jugadores de experiencia y, poco o nada, les interesa los jóvenes que vienen de las divisiones menores de cada uno de los equipos. Pese a ello, en los primeros lugares del campeonato nacional actual, se encuentran varios equipos que si han ha creído en un recambio generacional, como son: Emelec, Independiente del Valle y Liga deportiva Universitaria de Quito, como ejemplos.

Es posible que los técnicos que piensen que todos los jugadores tienen que ser experimentados tengan la razón y, quizás tengan como garantía, la condición física de los jóvenes, en partidos profesionales que requieren de toda la fortaleza del caso. Pero, en cambio, si eso fuera así, ¿cómo van a adquirir esa experiencia los jóvenes valores? Creo que es muy difícil saberlo, ¿verdad? Por lo tanto, lo primero que deberían hacer esos técnicos, es presentar un proyecto “técnicamente elaborado”, que permita conocer cómo un joven adquirirá esa experiencia, sino es actuando en el campo de juego. Para mí, está claro que varios de esos técnicos que, ventajosamente, ya no están en el fútbol nacional, pusieron eso como justificación, a su propia incapacidad profesional.

Por los años que llevo cerca del fútbol y que son muchos, creo poder realizar un análisis que, sin llegar a que sirva de tema de controversia pública pues ese no es mí objetivo, puedo aportar sobre el tema, para que quede un poco más en claro, para que tengan como fundamento, nuestros amables lectores. Es necesario que los once jugadores de un equipo tengan la capacidad necesaria en el campo de juego, para poder jugar y ganar un partido de fútbol. Por lo tanto, se requiere experiencia pero, como siempre eso no es posible, ya que, todos los planteles tienen divisiones juveniles, con elementos que esperan, algún día, llegar a la primera; uno o máximo dos de ellos, deberían ser apreciados por técnicos capaces, eso sí, para que vayan alternando en cada juego. Pero no, como si lo hacían antes algunos mediocres, por diez minutos. Por ese tiempo, no se consigue nada.

Ante esta situación, me parece que, se necesita que se invierta dinero para contratar buenos directores técnicos que sean especialistas en trabajar con jóvenes, para que los jugadores juveniles tengan la capacidad de formarse bien a lo largo de su niñez y adolescencia y, no tengan problemas en jugar cuando los necesiten en la primera división, como vemos en países como Argentina y Brasil. Sin embargo, aquí aparece un nuevo problema, el económico pues, si en los actuales momentos existe una crisis en ese campo en el balompié rentado ecuatoriano, ¿cómo hacen para pagar bien los cuerpos técnicos de los jóvenes?

Ahí es donde debería aparecer la FEF y apoyar a los clubes en los niveles formativos, y no, utilizar los dineros en otras cosas que no van directamente en beneficio del fútbol nacional. Lamentablemente, lo que acabo de decir, no es sino un repetir de asuntos puntuales. Ya que, algunos dirigentes que no conocen lo que es tener responsabilidad, no escuchan, y por ello, no toman decisiones que beneficien al fútbol ecuatoriano. Por último, recuerden que todo lo que han leído, solo es mi opinión personal.

Por: Jorge García Romo