¿Es Messi el culpable?

Enviado por robert el Mié, 29/06/2016 - 16:46

Varios días hemos estado pendientes de los partidos de la Copa América Centenario que se jugó en Estados Unidos y que ha tenido situaciones muy diferentes, para cada uno de los participantes. Llegaron a la final los dos seleccionados que mostraron, a lo largo del torneo, un mejor rendimiento pero, terminó con la victoria del representativo de Chile, cuando por algunos cotejos previos, parecía con mayores posibilidades Argentina. Sin embargo, lo ilógico que es el fútbol, establece que sea el de mayor seguimiento por parte de los aficionados en el mundo entero. Tanto así, que quienes asistieron al partido final, fueron apenas 82.032 espectadores, la mayoría de los dos países que jugaban la final.

“Tras cuernos palos” dice un viejo dicho de nuestros antepasados y, eso le viene como anillo al dedo a Argentina en estos momentos que, en tres ocasiones seguidas ha terminado segundo (o no alcanzó a ganar la final) y, que la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), está prácticamente intervenida por el poder judicial de su país y, por la FIFA y, nada predice, si habrá o no continuación de los campeonatos pues, la parte dirigencial al nivel organizacional de quien maneja el balompié rentado en Argentina, es un verdadero desastre. Si a esto sumamos la separación de Lionel Messi como jugador del seleccionado de su país, luego de haber quedado segundo en sus últimas presentaciones en eventos internacionales, todo termina en una gran interrogante: ¿renunciarán al seleccionado otros jugadores argentinos?

El partido fue largo y tedioso, ya que, pese a que se jugaron dos tiempos suplementarios, el marcador permanecía en blanco, hasta que tuvieron los equipos que ir a definir el título por tiros penales. Mejor estuvo durante los primeros minutos el equipo argentino y, lo mismo durante la mitad del segundo tiempo suplementario pero, el resto del cotejo, fue aventajado por Chile que, contando con jugadores de gran disciplina táctica, cortaron todos los posibles caminos de armar el juego de los “ches” y, con ello, controlaron el juego e impidieron que jugadores del nivel de Messi, puedan cumplir con su objetivo, ya que, cada vez que recibía el balón, le caían por lo menos cuatro defensores y se apoderaban del esférico. Para mí, no estuvo a la altura del mejor en este partido pero, solo no puede hacer nada. “Se terminó para mí la selección” ha dicho Lionel Messi luego de este nuevo fracaso. Lastimosamente, ninguno de sus compañeros entendió lo que debían hacer para protegerlo pero, tampoco lo entendió el seleccionado Martino.

Los periodistas argentinos hablan de “una generación frustrada”, pese a que entre ellos, está nada menos que el mejor jugador del mundo, como es Lionel Messi. A esta hora, a él se le acusa de no haber dado todo para llegar a obtener estos títulos y, junto al técnico, les hechan la culpa de todo, sin darse cuenta que, existen varios otros culpables, comenzando por los directivos de la AFA, que ni siquiera se ponen de acuerdo en lo que hacen y, son objeto de reclamos por parte de los integrantes del seleccionado argentino.

Creo que Chile merece todos los elogios que se puedan dar al término de un partido de fútbol y, que para no equivocarnos, solamente deberíamos decir que, “al César hay que darle lo que es del César”. Felicitaciones jugadores araucanos que, a diferencia de otros, se acostumbraron a ganar y, para ello, aunque han cambiado de seleccionador, continúan jugando con ganas, derroche de energía y, agallas para enfrentar a cualquiera en el terreno de juego. Un capítulo aparte fue la presentación del árbitro brasileño que, no solo que fue un pésimo actor al dirigir el cotejo, sino que se convirtió en el verdadero “Show Man” del espectáculo. Es decir, hizo todo lo contrario a un buen juez. Ojalá no se lo vuelva a mirar en los terrenos de juego nunca más y, este sea el sello final de un muy mal árbitro de fútbol. Ha terminado un torneo internacional más y, como de costumbre, siempre habrá los que estén felices por haber obtenido el título máximo; mientras que, los restantes, continúan “sin poner a punto sus equipos” (¿Hasta cuándo, decimos todos?). Recuerden finalmente mis queridos amigos lectores, que lo que ustedes acaban de leer, no es sino, mi opinión personal.

Por: Jorge García Romo