Demostrando superioridad a lo largo de casi todo el partido, Ecuador dejó muda a la afición que asistió al escenario destinado para estos partidos clasificatorios y, con dos soberbios goles, derrotó a Argentina en su patio, pese a contar en sus filas con valiosos jugadores que juegan en los más importantes equipos del mundo futbolístico, aunque en esta ocasión, no jugó Lionel Messi, que es considerado como el mejor jugador del mundo pero, me pregunto, ¿acaso un solo jugador puede cambiar tanto a un plantel lleno de figuras?

La calma que tuvo la selección ecuatoriana, como lo dijera Gustavo Quintero hace algunos días atrás, “con orden y aplicación se puede ganar a cualquiera”. Ese orden y esa aplicación, fue el 10 en ese maravilloso “test” que dio el combinado nacional en la tierra del Río de la Plata. Sí, el haber jugado con tranquilidad, con acciones programadas frente a los hábiles rivales y, la “casta” que tuvieron todos los integrantes del seleccionado, fue lo que les llevó a obtener ese marcador por primera ocasión en la historia de los dos países. Por lo tanto, tenemos que olvidarnos de lo ocurrido hasta el momento, ya que,  a partir de este triunfo, comienza una nueva etapa llena de positivismo.

Con tranquilidad y mucho empuje, cumpliendo las disposiciones tácticas, luego de los cinco primeros minutos y de los cinco últimos del primer período que fueron para Argentina, los 35 minutos restantes fueron favorables para los integrantes de la “Trí” pues, no solo que desbarataron cualquier orden de los rivales para dominar la pelota el mayor tiempo posible, sino que en varias oportunidades estuvieron a poco de conseguir anotaciones frente a los “gauchos”, que no entendían, frente a qué equipo se enfrentaban. Bien armada la defensa, un sector medio con fuerza, calidad y anticipo y, teniendo a Valencia y a Montero, con gran potencia y velocidad, tanto así, que alocaron a los laterales argentinos, que nada podían hacer ante esa forma de jugar de los ecuatorianos.

La presencia de Agüero en los primeros minutos, hizo pensar que todo iba a ser en contra del equipo ecuatoriano y, en una jugada de cancha, se lesionó en su rodilla, y, tuvo que ser sustituído por Tévez, quien en realidad, no apareció en la cancha, como casi todos sus compañeros. Agüero tenía el excelente abastecimiento de Di María y los remates salían cerca de los postes o, eran las grandes intervenciones de Domínguez, las que impedían el ingreso del balón al marco nacional. En una ocasión Bolaños, en otra Montero y en otra Valencia, estuvieron a punto de dar el puntillazo final pero, diversas situaciones de juego, lo impidieron.
 
Con la presencia de Valencia y de Montero en las puntas, se impidió la salida de los laterales argentinos. Sin embargo, el árbitro -que no estuvo mal en sus apreciaciones- se  demoró en sacar alguna que otra tarjeta, por la repetición de faltas; sobre todo, la serie de faltas sobre Montero, en el sector izquierdo, ya que, ni tres defensores, pudieron parar a Valencia. Ojalá ese partido lo haya visto el técnico del Manchester United, para que lo ubique bien en su equipo, ¿no les parece a ustedes?
 
En la segunda etapa, Argentina ingresó con mejor disposición, y durante un buen tiempo, logró manejar mejor el balón que los ecuatorianos pero, al no tener la capacidad de hacer realidad sus ideas, debido a que siempre fueron cortadas por sus rivales, perdieron el control del medio campo, la angustia los sobrepasó y, eso hizo más fácil para que los compatriotas pudieran escaparse en varias oportunidades a velocidad, en claros contragolpes y, de esa manera, a partir del minuto 80, las cosas mejoraron y llegaron los dos goles que han dado un gran triunfo al país.

La garra y entrega que tuvieron los jugadores, nació desde el camerino pues, pese a estar inmovilizado Gustavo Quinteros, el técnico del combinado nacional, estamos seguros, que en su charla, inyectó la misma, esperando que todos sus pupilos, se contagien y pongan en práctica sus disposiciones. Todos los jugadores del elenco ecuatoriano cumplieron en gran forma en este partido pero, creo que el mejor de todos, fue Antonio Valencia, que destacó en todo el partido, por su extraordinaria actuación.

El martes jugarán contra Bolivia, el más flojo -por lo menos por lo que se ha visto en esta primera fecha- pero, recuerden siempre, que nunca hay que menospreciar a sus rivales, ya que, el exceso de confianza, puede hacer obtener resultados muy poco esperados. Recién comienzan estas eliminatorias y, por lo tanto, mucho camino todavía hay que recorrer. Este ha sido un muy buen paso para tratar de llegar a Rusia 2018 pero, todavía hay mucho que hacer y trabajar.

El seleccionado ha sabido cumplir etapas con distintos entrenadores. Unos le han dado la posibilidad de clasificarse a las finales de los distintos mundiales que se han jugado. Por lo tanto, ahora comienza y, lo hace muy bien, la etapa del técnico Gustavo Quinteros, a quien le felicitamos, igual que a los jugadores y, le deseamos se recupere lo antes posible de su operación, para que pueda estar en los partidos más cerca de los jugadores. A partir del próximo martes, el Estadio Olímpico “Atahualpa” debe convertirse en el verdadero “fortín” de la selección, ya que, no se puede perder ni un solo punto pues, si a eso sumamos los puntos que ya comenzamos a ganar, se asegura todavía más, la clasificación tan anhelada. Adelante muchachos.

Por: Jorge García Romo