“Ecuavolei, la pasión deportiva ecuatoriana que no está en Londres 2012”

La web de la BBC ha publicado una nota en la que se hace referencia a la tradicional modalidad de Volley que se practica en Ecuador, nombrándola como ausente en los JJOO y haciendo un análisis completo de esta disciplina.

 

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En los Juegos Olímpicos de Londres 2012 hay decenas de deportistas ecuatorianos pero ninguno de ellos defiende la bandera de su país en voleibol, a pesar de que esta nación sudamericana está poblada de redes y canchas en sus tres regiones: Costa, Sierra y Oriente.

 

En pequeñas localidades ubicadas en la Cordillera de los Andes o en la selva amazónica es incluso más común hallar gente jugando al voleibol que convirtiendo goles a porteros indefensos.

 

Pero si uno se detiene a observar la contienda notará que en lugar de los 12 jugadores tradicionales hay solo seis en cancha, que la red está por las nubes, que las reglas más elementales del deporte no se respetan y que la pelota... es de fútbol.

 

Se trata del "ecuavolei", el "ecuavoli" o "el voli", la gran pasión deportiva ecuatoriana que no tiene lugar en la cita olímpica pero que es tan autóctono como la papa, el mote, el ceviche de camarón y el aguardiente.

 

"El ecuavolei es un deporte que surge a comienzos del siglo pasado. La gente empezó a jugar un voleibol criollo, donde se permite coger un poco la bola, en donde solo juegan tres jugadores y que más allá del mero hecho deportivo se traduce en una expresión cultural", le explicó a BBC Mundo el estudioso del deporte ecuatoriano Ernesto Cañizares.

 

"¿Cómo llegó la pelota de fútbol al voleibol? No sé, quizás algunos empezaron a patearla y otros no se contentaron con patearla. Y además reunir 11 contra 11 era más complejo. Entonces, más fácil es pasarla de mano en mano y con seis ya tenemos", añadió.

 

El engaño y la gracia

 

Se juega en la misma cancha de 9 por 9 y con una red que alcanza a los 2.80, 2.90, mientras la red en el voleibol tiene 2.43 en varones y 2.24 en mujeres. La pelota es la de fútbol, la número 5, más pesada y de materiales más resistentes y duros que la de voleibol, que es número 4.

 

El ex jugador de la selección nacional de voleibol Miguel Cabrera indicó a BBC Mundo que la práctica del voleibol tradicional "no tiene mucha acogida a nivel de provincias, a tal punto de que solo se practica en siete de 24".

 

Para Cabrera, quien también fuera miembro de la Comisión Nacional de Selecciones, el problema la versión "olímpica" es la falta de recursos, pero además conspiran contra su práctica otros factores que en la versión de tres no tienen importancia.

"En el ecuavolei la parte técnica no existe, se juega como usted quiere. Todo es subjetivo, un golpe bueno o malo queda a criterio del árbitro, y al árbitro se le coge del grupo de amigos. Para un partido de voleibol necesitas unos 12 o 14 jugadores, para el ecuavolei te bastan seis".

 

Pero para Cañizares, entran en juego otras características en la popularidad de uno y la indiferencia hacia el otro.

 

"En el argot popular, el voley de altotes, es aburrido, porque uno saca, el otro levanta y 'pum' se acabó. Eso no gusta. Tiene que ser más bien de los otros, de los que se elevan graciosamente, engañan con la mano y colocan la bola en el lugar menos esperado".

 

"Partamos además de que este país no es un país de gente alta. Como no hay los altotes, juegan un papel más importante las colocadas".

 

Rivalidad entre redes

 

La relación entre la disciplina jugada a nivel internacional y su versión local no es del todo buena, a tal punto de que los entrenadores del juego de seis no quieren a sus pupilos en la cancha de tres.

 

"Nosotros generalmente a nuestros chicos no les recomendamos jugar ecuavolei. Porque les daña a los golpes específicos del voleibol. Cogen malas mañas", explicó Miguel Cabrera.

 

Para Jacinto Bonilla, presidente de la Asociación de Periodistas Deportivos de Pichincha (APDP), esta mala relación influye en que el ecuavolei, a pesar de su popularidad, no cuente con un torneo o una liga formal.

 

"No hay un campeonato nacional porque no existe una federación nacional de ecuavolei, un organismo que aglutine a las provincias. Y no se ha creado una división de ecuavolei dentro de la Federación Nacional de Voleibol porque ellos piensan que al impulsar uno contribuyen a la muerte del otro", le dijo Bonilla a BBC Mundo.

 

Desde hace 20 años, la APDP organiza un torneo de ecuavolei en el marco de las fiestas de Quito. La final de 2011, disputada por la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) e Investigación, Vigilancia, Instrucción de Cayambe (Invin) fue transmitida por primera vez a todo el país por la televisión pública.

 

"La transmisión tuvo un rating altísimo, sin hacer mucha publicidad. Eso muestra cuan enraizado está el ecuavolei en la cultura ecuatoriana", opinó Bonilla.

 

Apuestas

 

Además de la diversión entre amigos, el ecuavolei tiene una relación muy particular con el dinero, no solo con el que se puede obtener en los premios de los torneos como el de la APDP, sino también en apuestas.

 

Hasta en las regiones más aisladas de la selva amazónica se encuentran canchas de ecuavolei.

 

"Este deporte lleva a que en algunas ocasiones se apuesten grandes cantidades de dinero. Usted ve que en una cancha están jugando, lo mínimo, US$500. Pero lo máximo pasa de los US$2.000, US$3.000", explicó a BBC Mundo Rafael Guamán, dirigente de la Federación Deportiva del Azuay (FDA).

 

"Incluso cuando es por diversión también entran en juego las apuestas", señaló el entrenador Cabrera y agregó: "Si estamos entre amigos y familiares apostamos una gaseosa, los pequeños cuando juegan apuestan su paleta. Y así empieza desde una temprana edad. Es cultural".

 

Para Esteban Cañizares, todo forma parte de un ritual "porque alrededor de la canchita de voli se apuesta, se toma cerveza o aguardiente, y se arma una fiesta en la que mucha gente acude a ver al gran colocador, al gran servidor y al gran volador".

 

Los jugadores pasan de generación en generación sin que se registren oficialmente sus nombres, ya que estos héroes populares no se cuelgan una medalla olímpica ni logran la gloria de un campeonato nacional.

 

Pero nadie les quita su pequeño milagro: hacer divertido un aburrido deporte de altotes.