Aucas, drama y desconsuelo en el fortín del sur

Enviado por andre el Mar, 22/10/2013 - 11:35

Mostrando las secuelas de una triste presentación, aquella que se desencaja cuando viene un modesto rival, que le domina a placer, le toca de manera desconcertante y le convierte tres goles de gran factura, ahí viene la cruda realidad.

 

Cuando nadie lo esperaba, vino el modesto Técnico Universitario y le golea en su propia casa, con tres ataques fulminantes que dejaron en retro a los desconcertados zagueros que nunca atinaron al bloqueo preciso ni al anticipo adecuado, es decir, la calidad y concentración que deben tener en jugadas rápidas, se quedó en el camerino, donde generalmente se arman las jugadas de victoria.

 

Y aunque los malditos francotiradores que hoy están de plácemes ( por la derrota de Aucas) esperan otro traspié, es bueno decirles a jugadores y dirigentes que hoy más que nunca deben estar unidos, imponiendo o redoblando el concepto claro de sacrificio, consiguiendo definir una identidad futbolística, es decir, saber a qué se quiere jugar, y hacerlo. Ese es el anhelo ferviente de los auténticos hinchas de Aucas, aquellos que les dan ánimo en los momentos duros, cuando se pierde por goleada y no piden la cabeza del entrenador con gritos destemplados y cobardes.

 

Es verdad, Aucas fue mandón y dominador. Las incursiones de Minda, Potro y Jimmy Delgado, que impacto un derechazo en el horizontal (11m), eran como para ponerse a pensar en una goleada.

 

Pero el derechazo de Miller Castillo (27m), desde unos 30 metros, que agarró totalmente desubicado al “Calolo” Espinoza, tras la brecha que dejó el Choclo Quinteros, dejó sin respiro al equipo, que siguió intentando, gastando al balón, pero sin concretar el empate.

 

Y lo que fue peor, vino la segunda, tras espectacular contragolpe, que la inició Miller Castillo y la culminó José Lastra (45m). Los 500 hinchas presentes despidieron con silbidos y gruesos calificativos a los jugadores que deambularon en el campo de juego, sin poner en cifras el ligero dominio que  tuvieron en la etapa de apertura.

 

Golpeados psicológicamente por los dos sopapos en le cara, fue Edwin Méndez, quien quiso levantar al equipo, con soberbio derechazo (51m) para acortar cifras.

 

Pero después de la alegría vino el nervio y no hubo mejoras. Una acción aislada de Jimmy Delgado, en el horizontal y nada más. Y para cerrar esa tarde pesadilla, un emergente, Javier Endara, logró la tercera a los 87m. Es decir los ambateños se defendieron con éxito. Movieron el balón con propiedad y solvencia, ante la modorra de un equipo que salió insultado y con la cabeza gacha.

 

DIGNIDAD, POR SOBRE TODO

 

Deseamos fervientemente que en lo poco que resta de esta pesadilla, que el Aucas vigorice paso a paso su lucha, que no solo se basa en el la entrega de sus jugadores, sino que supere la parsimonia y el conformismo del no descenso, para convertirlo en dignidad. Y si a ese elemento intangible, pero decisivo a la hora de la verdad, sumamos una gran preparación física y mental, asimilando estrategias y tácticas, solamente ahí sabremos, cuáles serán los propósitos para el año 2014.

 

Los jugadores deben comprender que cuando viene la marca a presión y los contrastes, debe salir la inspiración como arma para el desequilibrio. Es decir, ahí deben asomar los laterales, volantes, e incluso la solidaridad de los delanteros, que poniéndose el overol, sean los auténticos obreros de la victoria, marcando, asfixiando y derrochando entusiasmo y calidad.

 

Entonces, el esfuerzo de todos, sepultará cualquier duda que se presente en el interior de un grupo donde todo es ilusión, intensidad, ideas, espíritu de cuerpo y de lucha, juego aplomado, sin sonrisas, donde la prolija dignidad, sin rechazos alocados, sin pescar a río revuelto, se convierta en la demostración de habilidad, diafanidad deportiva y fervor de todo un pueblo noble y apoyador como el auquista

 

Si pone corazón y convicción, Aucas podrá mostrar aunque sea en los últimos cotejos, que el fútbol espiritual y práctico que tiene, será el que predomine hasta el final. Es decir, Aucas que tiene jugadores de buena técnica, debe imponer su ritmo y precisión, debe contar con jugadores que tengan sangre en la cara, que sientan una camiseta que tiene gloria y tradición. Los que no piensen así, con honestidad, deberían retirarse lo más pronto posible.

 

Gonzalo Melo Ruíz.