Ocho años después de la fatídica hora del descenso y, luego de haber realizado un recorrido por las dos categorías inferiores del fútbol profesional, el “Papá” Aucas vuelve a la primera categoría del fútbol profesional ecuatoriano, en medio de la gran satisfacción de sus miles de parciales que, como pocos, han sabido acompañarlo en las buenas y en las malas, aunque todos conocemos, que también “festejarán”, aquellos que se han subido en los últimos días, al “carro de la victoria”.

Mi compañero de panel en este medio, Gonzalo Melo, tendrá que disculparme que, por esta única ocasión, invada sus dominios y entregue mi opinión sobre su querido Aucas pero, con lo que leerán a continuación, creo que si lo puedo hacer. Cuando Aucas descendió de categoría hace un largo tiempo ya, me permití escribir un comentario sobre este suceso, señalando la pérdida para el fútbol ecuatoriano y, sobre todo, para el fútbol quiteño de este equipo tan popular, señalando eso sí, que toda mi vida, he sido, soy y seré hincha de un aguerrido equipo ecuatoriano, como el América de la ciudad capital.

Pese a que yo no he esperado ni espero ningún reconocimiento por escribir estas opiniones mías durante tantos años, varios hinchas auquistas que al momento viven en varios países del exterior, escribieron a mi correo electrónico, destacando mis palabras, lo que para mí, daba mayor mérito a lo que decía, ya que, Aucas no solo tiene hinchas en esta querida ciudad de Quito, sino también, en varios países del mundo pues, se trata de un club que siempre fue reconocido por su forma de juego y, como si fuera ayer, recuerdo el “segundo tiempo del Aucas”.

Luego de haber recorrido ascendentemente desde la tercera categoría según mi forma de mirar el campeonato profesional ecuatoriano (segunda categoría nacional), pasando por la segunda categoría (serie B), ha llegado al fin, a su gran meta deportiva, la primera categoría del fútbol ecuatoriano (serie A), donde puede ahora sí, pelear por participar, no solo en torneos internos, sino también en torneo internacionales pero, para ello, es necesario que formen un buen equipo, considerando para ello, un buen cuerpo técnico, que yo espero sea el mismo que lo ha subido de categoría, ya que, parece que es costumbre, olvidarse de quien ha realizado esta hazaña y, sin tener ningún grado de agradecimiento, buscan alguien que lo haga mejor (?). Yo estoy seguro, que eso no va a ocurrir en esta ocasión con el popular “Papá” Aucas.

Igualmente, tienen que armar un equipo con jugadores de categoría y, que sean jóvenes. Es decir, que el equipo tenga futuro, y no como ha sido costumbre en los equipos que han ascendido, convertirse en verdaderos “sube  baja”. Pero, como es lógico suponer, los dirigentes tienen que hacer las cosas inteligentemente: planificando su año de actividades pero, pagando sueldos reales, para que luego no terminen como varios lo han hecho en el presente año, prácticamente quebrados. Y, también esperando, que los dirigentes piensen en la reestructuración de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, toda vez que, Aucas será uno de los 12 equipos de la primera división del balompié rentado nacional.

Como hincha del fútbol me siento alegre por la situación del querido Aucas pues, ahora sí podré asistir al verdadero “superclásico quiteño”, cuando se enfrenten Aucas y Liga Deportiva Universitaria de Quito. Hasta ahora, se continúa hablando de que en el país existe un solo clásico, me refiero al del Astillero pero, ahora es la oportunidad para demostrar, que también existe el superclásico de la hermosa capital ecuatoriana.

Felicitaciones jugadores, cuerpo técnico, cuerpo médico, dirigentes e hinchada del popular Aucas que, durante una época, cuando tenía el auspicio de una empresa petrolera, inventaron ese dicho que llega tanto al corazón del hincha y, que decía: “Aucas, Marañón o la guerra”. Sería muy bonito que se pudiera mirar otra vez al equipo del pueblo, demostrando el porqué de su merecido ascenso a la primera categoría del fútbol ecuatoriano. Igual que siempre, aunque caiga mal, recuerden mis amigos, que lo que acaban de leer, solo es mi opinión personal.

Por: Jorge García Romo